De vez en cuando, luego de leer columnas de opinión, de escuchar a algún comentarista o ver un programa de debate (aunque debate no haya mucho pues todos parecen estar de acuerdo en que México atraviesa por una fase de transición a la hecatombe), uno corre el riesgo de quedarse con la impresión de que quienes nos gobiernan nunca saben hacer nada y quienes no nos gobiernan, desde los medios, siempre saben lo que se debería de hacer. Es como si al país todo le saliera mal salvo la autoflagelación.
Se trata de una impresión un tanto esquizofrénica pero muy elocuente, que dice mucho del desdén ante la complejidad que a veces impera en nuestra conversación pública.
Hace unos días, por ejemplo, dos analistas discutían en la radio el tema del “rentismo”, ese comportamiento mediante el cual ciertos grupos se organizan para obtener beneficios particulares (rentas) sin agregar valor al conjunto de la economía, es decir, para hacer más grande su rebanada del pastel sin hacer el pastel más grande. Discutían, específicamente, los casos del monopolio de PEMEX, de la falta de competencia en el sector telecomunicaciones y de los privilegios que detenta el sindicato de maestros.
Uno repetía, convencido, que la solución era “más mercado y menos Estado” (como si no hubiera rentismo en el sector privado). El otro, que acabó cayendo en la trampa de admitir el planteamiento en esos términos, respondió algo así como que tras nuestra experiencia con el modelo neoliberal “ya nadie se cree el cuento” de las virtudes de la privatización y que no tiene caso seguir insistiendo en “ese tipo de reformas estructurales que nomás no van a pasar”. El primero, entonces, replicó muy orondo: “el hecho de que no vayan a pasar no quiere decir que no sean la solución”.
Es difícil imaginar una conclusión más vana, que renuncie tan olímpicamente a hacerse cargo de la realidad: de la multiplicidad de intereses en pugna; de las restricciones que impone un arreglo de poderes compartidos; de las dificultades y costos que implican las decisiones públicas.
No me refiero a los méritos o defectos del argumento sino a la manera de argumentar. “Que no vayan a pasar no quiere decir que no sean la solución”. La frase es de lo más sintomático. Ubica al que la pronuncia por encima de cualquier consideración práctica y a quien tiene que lidiar con lo práctico lo condena, de antemano, a ser parte del problema –por transigir con ese molesto obstáculo, la realidad, que le impide a la solución “pasar”.
Quizás cabría imaginar una modesta prueba para evitar que nuestras discusiones se reduzcan a esa lógica de sabelotodos contra incompetentes: si una solución, la que sea, no “pasa”, no es solución porque no resuelve nada.
--Carlos Bravo Regidor
(La Razón, Lunes 10 de Agosto de 2008)
Nota: Por un error de comunicación, en el periódico apareció una versión distinta (preliminar) del final de este artículo. Aquí aparece la versión definitiva. Una disculpa.
Un artículo muy certero, Carlos.
ResponderEliminarUna pregunta: ¿por qué "dos analistas"? ¿Por qué "en la radio"? No sé si sea correcta y, sobre todo, no sé si sea adecuado para el propósito de tu ejercicio que ese cuestionamiento se formule de modo vaporoso. ¿Sería mejor llamar a los sabelotodos por su nombre? Creo que sí.
Supongo que quieres evitar que tu argumento quede secuestrado por la personalización pero creo que tu "crítica de la crítica" recomienda el alfiler del nombre y el medio. ¿No crees?
Hola. Acabo de leer todo este blog, al que llego por el de Silva-Herzog M. Primero te felicito. Me ha gustado lo que escribes. Tambien escribes muy bien, se te lee sin problemas. Ahora lo que te comento con todo respeto es que no estoy muy de acuerdo con el ultimo articulo. Proponer no es ser un sabelotodo. Sabelotodo es el que opina de todo y para todo propone lo que quiera. Todo eso lo hace creyendo que es el gran sabio y se puede meter en lo que sea para que le hagamos caso. Si alguien en verdad sabe de algo y propone no veo por que hay que estar en contra de esto. Yo si quiero que esa gente proponga, no se tu. No se si sea el caso de las dos personas de que hablas. Creo que todo esta en el tipo de propuesta. Si la propuesta se hace cargo de la realidad como dices. Si no se hace cargo es una propuesta que no es solucion. Si si se hace cargo pero no la pasan no quiere decir que no sea solucion. Por donde tu vas uno llega a que todo lo que pasa es solucion y eso no es cierto. Mas lo que te dice en su blog el senor Silva-Herzog M. Tambien si los que estan fuera del poder se dedican a cosas que son pasables, nada va a cambiar de verdad o para mejor. Tambien hay propuestas que no las pasan porque no son buenas para intereses creados, la propuesta es buena y puede solucionar cosas para bien de nosotros pero no pasa. Esas propuestas deben seguir peleandolas. Los que segun tu tambien son sabelotodos deben seguir proponiendolas.
ResponderEliminarTe paso este link http://www.el-universal.com.mx/editoriales/45121.html A lo mejor ya lo viste. Yo creo que asi deberia ser esto. Una propuesta que tiene que ver con la realidad, la cual no es lo deseable si de democracia se trata, asi que es viable, se propone pero no pasa, es buena pero no pasa, no es que sea imposible pasarla o que no pase porque es inviable, no pasa porque nos ayudaria un poquito a los que estamos del otro lado. Te paso el link porque en tus articulos tambien escribes sobre algo con lo que yo estoy de acuerdo. Ojala hubiera mejores articulistas y periodistas. La nota es de alguien que nunca habia leido pero me gusto mucho. Creo que cosas asi son las que valen la pena. Propone como decimos. Aunque hay algo mas y es que es de las poquitas veces que veo que no no nos dan por nuestro lado, nos dicen que estamos mal y que con eso se aprovechan de nosotros, por eso pasan a explicarnos, y nos explican claro, sencillo, preciso, para que veamos bien y nos ayudemos. Claro que una propuesta de esas no pasa. Pero si le dan duro y nosotros entendemos algo bueno puede ser mas facil de pasar.
Disculpame por venir a hacer rollo por aqui. Ojala haya dicho algo que se entienda. Te voy a estar leyendo. Cordiales saludos.