En septiembre del año pasado la revista Boston Review publicó un ensayo de James
Heckman (http://j.mp/16WQFuV),
profesor de economía en la Universidad de Chicago, que causó cierto revuelo en
Estados Unidos. Y es que dicho ensayo, que traducía para un público no
académico buena parte de la investigación a la que Heckman se ha dedicado
durante los últimos años, mostraba lo infundada que hoy resulta la expectativa
de que la educación haga diferencia en la vida de los estadounidenses.
El argumento de Heckman es que
“el accidente de nacer es la principal fuente de desigualdad en Estados Unidos
actualmente. La sociedad estadounidense está dividida entre quienes tienen
habilidades y quienes no las tienen. El origen de esa desigualdad está en las
experiencias de la primera infancia. Niños que nacen en entornos desfavorables
corren un riesgo mucho mayor de no adquirir habilidades, de tener bajos
ingresos y enfrentar dificultades personales y sociales como padecer mala
salud, embarazarse durante la adolescencia o involucrarse en actividades
criminales. Mientras celebramos la igualdad de oportunidades, vivimos en una
sociedad en la que el nacimiento se está convirtiendo en destino”.
La
gráfica adjunta ilustra el problema. El eje vertical se refiere a la puntuación
media en un examen de habilidades cognitivas. El eje horizontal, a la edad de
los niños que realizan ese tipo de examen a los 3, 5, 8 y 18 años. Cada curva
ilustra la trayectoria de un grupo distinto. La primera (de arriba hacia abajo)
es la de hijos de madres graduadas de la universidad; la segunda, la de hijos
de madres que cursaron estudios universitarios pero no se graduaron; la
tercera, la de hijos de madres que se graduaron del bachillerato; la cuarta, la
de hijos de madres que no alcanzaron a graduarse del bachillerato.
Como se ve, la desigualdad en
habilidades que separa a los niños al ingresar
al sistema educativo es prácticamente idéntica a la desigualdad que los separa
cuando egresan de él, quince años
después. La escuela, en pocas palabras, no hace mayor diferencia.
Heckman concluye proponiendo
políticas públicas que intervengan desde muy temprano para contrarrestar el
efecto negativo de los entornos desfavorables en las habilidades que
desarrollan los menores de 3 años...
¿Cómo estarán esos datos para el
caso mexicano? ¿Y qué contemplara la reforma educativa al respecto?
-- Carlos Bravo Regidor
La Razón, lunes 8 de Julio de 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario