lunes, 18 de enero de 2010

Nueva vieja izquierda

El 8 de marzo de 1994, tras el célebre discurso de Luis Donaldo Colosio en el monumento a la revolución, Humberto Musacchio (HM) escribió en Reforma: “El partido en el poder –veterano con 65 años de edad, numerosas cirugías, dos cambios de nombre y una notoria importancia para fecundar a la patria– aparece como vendedor de ilusiones […] Por repetidas experiencias, no puede evitarse la tentación de leer ese discurso como pieza demagógica, como un mero reciclaje de expectativas, proceso en el que el PRI tiene una luenga y reconocida capacidad”.

El 4 de julio del 2000, luego de que Francisco Labastida perdiera las elecciones presidenciales, HM escribió en Reforma: “Los votantes, en buena hora, decidieron defenestrar al PRI y llega a su fin no sólo la larga estancia de un partido en el poder, sino todo un régimen político que ya no servía para regular la convivencia de los mexicanos, no permitía superar contradicciones ni resolver los problemas sociales, que iban amontonándose en la contabilidad gubernamental sin que las partidas del haber compensaran las inmensas pérdidas de cada día”.

El 29 de agosto del 2000, a tres meses de que Ernesto Zedillo le entregara la banda presidencial a Vicente Fox, HM escribió en Reforma: “se avecinan los 100 días más largos en la historia del priísmo. Afortunadamente serán los últimos”.

El 22 de octubre de 2002, a propósito de la decepción que ya provocaba la gestión del Presidente Fox, HM escribió en Reforma: “En épocas de insatisfacción generalizada cobra corporeidad el falso recuerdo de una edad de oro. Siempre merodea, como fiera expulsada del paraíso, la idea de que todo tiempo pasado fue mejor. Por eso, un presente que no responde a las expectativas de cambio hace deseable el pretérito y suele convertirse en coartada sicológica para el retroceso”.

El 6 de septiembre de 2005, al dar cuenta del rompimiento entre Elba Esther Gordillo y Roberto Madrazo, HM escribió en Reforma: “Como rezaba el letrero a las puertas del infierno de Dante, el PRI bien podría colgar en la entrada de su edificio de Insurgentes aquello de ‘Dejad aquí toda esperanza…’. Sí, porque ese partido parece congénitamente impedido para cambiar”.

El 18 de septiembre de 2008, comentando el conflicto entre el Presidente Evo Morales y los prefectos de la Media Luna, HM escribió en Excélsior: “Lo cierto es que la democracia que siguió a la larga noche de las dictaduras sudamericanas no ha sido capaz de resolver los problemas de la gente común ni ha podido disminuir la pobreza de las mayorías […] Lo anterior prueba que la democracia representativa no es la vía para encauzar y resolver pacíficamente los conflictos sociales y dar respuesta a la pobreza, el analfabetismo, la insalubridad, la escasez de vivienda y otros problemas derivados de un pésimo reparto de la riqueza […] De poco sirve realizar elecciones si unos introducen recursos como los de la guerra sucia desplegados en México en 2006 o si la oligarquía pone sobre la mesa su dinero para comprar voluntades y desviar el voto, por no hablar de los infaltables fraudes […] Por eso, si se produce el golpe de Estado en Bolivia, cada latinoamericano muy bien podrá preguntarse para qué sirve la democracia y qué sentido tiene mantener esa simulación onerosa y carnavalesca que apuntala la desigualdad y la injusticia”.

En julio de 2009, cuando las encuestas ya indicaban que Enrique Peña Nieto era la figura con mayor intención de voto para la próxima elección presidencial, HM escribió en Examen (la revista publicada por el Comité Ejecutivo Nacional del PRI): “La renovación del país requiere de una conjunción de fuerzas variopintas, pero nadie puede descartar al viejo partido tricolor para encabezar los cambios que puedan sacar al país del hoyo profundo en que se encuentra”.

El 14 de enero de 2010, apenas la semana pasada, HM escribió en Excélsior: “el México posterior a 2000 poco tiene que ver con los años dorados del dominio priísta. Ya no hay legitimidad política, carecemos de movilidad social, se ahondan peligrosamente las diferencias en el reparto de la riqueza, la educación pública es un completo desastre, las instituciones de salud están en el abandono”.

El 10 de septiembre de 2009, celebrando la libertad de expresión, HM escribió en Excélsior: “Que cada quien se haga cargo de sus palabras”.

Pues eso, pero… ¿cuándo?

-- Carlos Bravo Regidor
(La Razón, Lunes 18 de enero de 2010)

2 comentarios:

  1. Salvador Vazquez del M18 de enero de 2010, 15:00

    Es verdaderamente linda, la penultima cita. Es un recuento del discurso priista, solo que dicho del otro lado. Solo le falta decir que la lucha revolucionaria aun sigue y que le preocupa que la gente no salga a votar por el Partido, y estamos de vuelta en el '88. Como si no hubiera pasado nada. El bandazo es digno ejemplo de lo que pasara con muchos. Joder.

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  2. Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error.

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