domingo, 14 de marzo de 2010

Esquizofrenia de la informalidad

Cuando se habla de la economía informal en nuestra conversación pública se habla, por lo general, en clave parasitaria: porque los informales no pagan impuestos; porque ensucian y se apropian de la vía pública; porque en ocasiones su mercancía es “pirata” o robada o de contrabando; porque encarnan una forma de competencia desleal contra el comercio establecido; porque su actividad tiene efectos negativos sobre el crecimiento, la productividad y la innovación; etcétera.

Un par de ejemplos relativamente recientes. Gabriel Quadri en el programa de televisión Entre Tres: “Yo veo en esta ciudad todo el sistema de transporte colectivo, el metro, todas las estaciones tomadas, invadidas, saturadas, en la inmundicia menos imaginable, en la pestilencia, en la ocupación ilegal del espacio”. Y Jorge Suárez Vélez en su blog Diario de la crisis: “En un mundo en el que, por motivos políticos, el gasto público es intocable, la única alternativa es tratar de cerrar el déficit incrementando el cobro de impuestos. Pero ese proceso no es trivial por varios motivos. […] El tamaño de la economía informal presenta un gran problema. Eso lleva a que al causante cautivo se le crucifique antes que se decida asumir el costo político de incrementar la base de contribuyentes”.

Así, hablamos de la economía informal como de una anomalía, un lastre, una rémora; como un fenómeno que no sabemos mirar más que a la distancia, desde “fuera”, con obstinada lejanía cuando no con franco desprecio; que insistimos en explicar más como un resultado perverso de la legislación laboral que como una consecuencia lógica del diferencial en los salarios; y que pareciera importarnos solamente por sus costos en términos fiscales, no por sus implicaciones en términos de inseguridad para los trabajadores.

Ocurre, sin embargo, que entre un tercio y la mitad de la población en edad de trabajar se gana la vida en la economía informal (32.5% según el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado; 54% según la Organización Internacional del Trabajo); que ante la contracción de la actividad económica la informalidad ha fungido como un extraordinario amortiguador para mitigar la caída en el poder adquisitivo de las familias de menores ingresos; que ya hay bancos buscando cómo crear un sistema de créditos para el sector informal…

Hay, pues, mucho de esquizofrénico en nuestra relación con la informalidad. En la conversación pública nos la representamos como un problema pero en la calle, en la vida cotidiana de un número cada vez más grande de mexicanos, no es un problema. Es una solución.

-- Carlos Bravo Regidor
(La Razón, lunes 15 de marzo de 2010)

8 comentarios:

  1. Creo que ver a la economía informal como una solución puede ser algo peligroso. Quizá es más como un refugio necesario pero indeseable.
    Vemos con romanticismo al desmpleado que abraza a la economía informal como su única alternativa para poner pan en la mesa de su familia en una situación a la cual todos estaríamos dispuestos a recurrir. Pero no hay que ver sólo al que vende juguetes de contrabando en las esquinas, sino a la enorme cadena que lo provee, muy lejos de condiciones desesperadas, y tampoco paga impuestos. Hay que ver también al comerciante que los paga, tiene sus papeles en orden, tiene que sobrevivir al asedio periódico de autoridades de todo tipo, y ve cómo su cliente es secuestrado por el comerciante informal que se pone en la acera de enfrente a mejores precios, pues la informalidad se los permite.
    En estricto sentido, y con el mismo criterio, podríamos ver también al narcotráfico como "solución", pues toma el espacio que el estado ha dejado en las comunidades, volviéndose proveedor de crédito, empleos, vivienda, y hasta de justicia.
    Jorge Suárez Vélez

    ResponderEliminar
  2. Hola Jorge:

    Le agradezco mucho su respuesta.

    Mi propósito no era decir que la informalidad, y mucho menos el narcotráfico, sean una solución para el país. Era decir que, aunque no nos guste, la informalidad YA ES una solución para mucha gente. Y que hay que hacernos cargo de eso cuando hablamos del fenómeno.

    Dice usted que "quizás es más como un refugio necesario pero indeseable". Estoy de acuerdo. Pero tengo la impresión de que cuando hablamos de la informalidad en los medios de comunicación, se suele poner el énfasis en lo segundo, en lo "indeseable". Pero que sea o no sea indeseable no obsta para hacer abstracción de lo primero, es decir, de lo que la hace "necesaria".

    ¿Incurro en "romanticismo" al señalar ese déficit?

    Saludos,

    cbr

    ResponderEliminar
  3. Carlos
    Coincido en que el ambulantaje no es causa sino respuesta a una serie de limitaciones terribles de nuestra economía, que no incluye, favorece nipermite desarrollo incluyente, pero ello exige una respuesta de todos los niveles de gobierno, federal, local y municipal, en el DF del gobierno central y de las delegaciones.
    Tenemos que generar empleos remunerados para todos y sobre esa base se rechazará la informalidad por todos incluidos los comerciantes informales, si uno no tiene alternativa se la busca, solo ver las estadísticas de empleo y criminalidad, existe una relación perversa, menos empleo mas criminalidad, menos crecimiento mas informalidad, menor competitividad.
    El problema ha sido el ambulantaje como expresión de las deficiencias que vivimos y no podemos superar, es expresión que agravia y perturba, pero realidad consecuencia njo causa.
    Incluyamos a los ambulantes, combatámoslos con empleos, crezcamos con oportunidades, demos trato justo al desposeído y así podremos tener mejores causas.

    ResponderEliminar
  4. ¡Muy provocativo tu artículo¡ Me gustó, sobre todo por un problema que pocos abundan y es la seguridad del trabajador informal. Como lo señalas todo mundo se preocupa por "lo fiscal", "la mala apariencia" y "el secuestro al consumidor"; pero pocos señalan la extorción que padecen diaramente cometida por autoridades y líderes mafiosos; además de la nula seguridad social que tienen. Una pregunta para los analistas preocupados por la evación fiscal del sector informal seria que: Sí con el pago de impuestos los comerciantes informales experimentarán una acción eficiente del estado en solucionar sus problemas; como seguridad, acceso a la salud, educación, etc.? O sólo veran cómo su dinero se escapa de sus bolsillos, como ahora lo ven cuando pasa el líder o el "enviado de la delegación" a cobrar "la cuota".
    Alberto Q.

    ResponderEliminar
  5. Estimado Carlos,
    Muy interesante el tema. Siendo Argentino, recuerdo cuando por el 2001 se limito el retiro de efectivo. El impacto sobre la economia informal (el sector mas perjudicado) se sintio sobre todo el resto de la economia. O sea, la economia informal tambien mueve sectores formales (ejemplo, el vendedor ambulante tomando un servicio publico para llegar de un lado a otro. Parte de sus insumos son formales). Por eso mi preocupacion no es tanto por el tema impositivo (lo cual se puede solucionar con una politica adecuada) sino por el lado del crimen: parte de la economia informal esta sustentada por la reventa de articulos robados o que jamas pasan por controles de calidad (ejemplo: autopartes, alimentos adulterados o vencidos). Y ese costo tambien debe ser tenido en cuenta. Saludos.

    ResponderEliminar
  6. Para más información sobre economía informal, leer "Informality: Exit or Exclusion", un informe del Banco Mundial sobre el tema en América Latina. Hace como 10 años SHCP publicó un documento de trabajo en el que señalaba que hacer que los informales pagaran impuestos bajo la legislación fiscal de ese entonces haría que el gobierno perdiera dinero debido a la burocracia que habría que crear para administrar a los nuevos contribuyentes.
    Si no hubiera informalidad, el país hubiera reventado hace tiempo.

    ResponderEliminar
  7. Muy interesante, la otra gran valvula de escape siendo la migracion a Estados Unidos. Migrantes que dejan de ser parte de los desempleados en muchos casos y que mandan dinero a sus casas.
    Si no fuera por estos dos fenomenos, donde estarian las cifras de desempleo?

    ResponderEliminar
  8. Se trata en lo fundamental de un problema de productividad. Si no tienes capital humano suficiente para que tu productividad te permita obtener un salario y prestaciones, no te queda otra que trabajar muchas muchas horas muy poco productivas. La informalidad no paga impuestos, cierto. Pero tampoco genera mucha riqueza. Es infantil creer que el hueco fiscal puede cerrarse cobrándole a gente que produce poquísimo. Anécdotas comunes como las de pepenadores millonarios son eso, anécdotas. Excepciones a una realidad de productividad mínima.

    Sin duda el marco regulatorio y otros aspectos institucionales favorecen la informalidad, pero no la explica. A nadie le conviene estar en la informalidad.

    ResponderEliminar