La cadena CNN trasmitió, la semana pasada, un programa especial sobre la situación de la comunidad hispana en Estados Unidos: “Latino in America”.
El formato del programa se mantuvo, de principio a fin, fiel a la tradición norteamericana del periodismo narrativo. Un periodismo que busca ir más allá del rigor de los datos o las cifras, que no se conforma con reproducir las opiniones de los expertos, que contrasta con la premura y la despersonalización que imponen los vértigos del ciclo mediático para, en cambio, concentrarse en la experiencia cotidiana de las personas, en la trama menuda pero significativa de sus rutinas, sus esperanzas, sus frustraciones.
El resultado fue un mosaico de historias que supo reflejar, con gran empatía, la diversidad que existe al interior de la comunidad hispana: una exitosa chef venezolana en Miami; una pareja dominicana en Charlotte cuyos hijos, ciudadanos norteamericanos, ya no quieren identificarse a sí mismos como “latinos”; una adolescente de origen guatemalteco en Los Ángeles que, por falta de apoyo familiar y un embarazo no planeado, no logró graduarse a tiempo de high school; un actor Mexican-American que busca ampliar su repertorio con papeles que no sean de jardinero, inmigrante o delincuente; una niña que viajó sola desde Centroamérica para cruzar la frontera y tratar, sin éxito, de reencontrarse con su madre en Estados Unidos; un inmigrante mexicano asesinado brutalmente en el pequeño pueblo de Shenandoah, cuyos homicidas fueron castigados con sentencias mínimas; etc. Pero un mosaico que hizo evidente, también, los límites de la discusión sobre el tema en la propia CNN.
Y es que su barra de programación está el noticiero de uno de los líderes de opinión más hostiles contra la comunidad hispana, Lou Dobbs, célebre por difundir información falsa y dolosa contra los inmigrantes indocumentados (representándolos, por ejemplo, como leprosos, criminales o violadores) y por elogiar la labor “patriótica” de grupos vinculados con el supremacismo blanco. Nada de lo cual figuró en “Latino in America”.
Múltiples organizaciones comunitarias, promotoras de los derechos civiles y observatorios de medios se han congregado en una campaña, bastadobbs.com, para exigir a CNN que se haga cargo de la incongruencia: ¿quieren ser parte de la solución, promoviendo el entendimiento y la integración de la comunidad hispana, o parte del problema, dando espacio en su pantalla a un discurso de odio como el que promueve Dobbs?
El mercado de televidentes “latinos”, el de mayor crecimiento en los últimos años, está esperando su respuesta.
-- Carlos Bravo Regidor
(La Razón, Lunes 26 de Octubre de 2009)
lunes, 26 de octubre de 2009
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Carlos,
ResponderEliminarSiempre me ha sorprendido que CNN mantenga a un idiota como Dobbs al aire. Sin embargo, el argumento no debiera ser sacarlo a él, sino meter a comentaristas que le hagan contrapeso. Los afroamericanos lo han logrado (como se llama el gordito al que ya casi le dan un programa?). La riqueza está en la diversidad. Un mundo de Anderson Coopers no da para meter nuestros temas. Al menos no para más que segmentos de cinco minutos...
Onésimo,
ResponderEliminarEstados Unidos es el único caso al que te podrías remitir para respaldar tu argumento.
Pero revisa la regulación al respecto en otros lugares: Alemania, Australia, Brasil, Canada, Dinamarca, Finlandia, Francia, India, Inglaterra, Irlanda, Islandia, Noruega, Sudáfrica, Suecia, etc. En todos esos países la legislación distingue, explícitamente, la libertad de expresión del discurso de odio.
Yo sé que puede haber casos límite en los que la distinción es problemática o complicada.
En el caso de Dobbs, sin embargo, no tengo la menor duda: transmitir información falsa y dolosa contra los inmigrantes indocumentados, como la que suele transmitir en su programa, no es una mera "diferencia de opiniones". Es un acto que constituiría un crimen en la mayoría de los países anteriormente mencionados. Precisamente porque esas legislaciones buscan proteger la diversidad es que sus normas prohiben manifestaciones que atentan contra ella (anti-semitismo, racismo, homofobia, misoginia, etc.)
Pero bueno, pues sí, Estados Unidos los permite. Por eso las organizaciones detrás de bastadobbs.com, en lugar de apelar a la ley (esa batalla la tendrían perdida de antemano por la primera enmienda) están recurriendo a otros mecanismos: a la presión social, al retiro de publicidad, a poner en entredicho la reputación de CNN.
Yo no sé tú, pero yo no encuentro ninguna "riqueza" en la "diversidad" que representa un periodista que miente sistemática y deliberadamente.
cbr
Sí hay riqueza: los necesitamos para saber qué está bien y qué está mal.
ResponderEliminarNo manches, Francisco, ya se sabe que es bueno y malo. Totalmentede acuerdo con CBR.
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