lunes, 22 de junio de 2009

Por una crítica de la crítica

Durante décadas aprendimos en México que el buen periodismo era, sobre todo, el periodismo de denuncia. Y aprendimos también que la mejor opinión era siempre la opinión crítica (contra el gobierno, se entiende). 

Nuestra sensibilidad como lectores de la prensa se forjó a la sombra de Tlatelolco, del golpe a Excélsior, del asesinato de Manuel Buendía; es decir, en la desconfianza de lo que informaran las fuentes oficiales o los medios oficialistas, en la resistencia contra la censura, en la oposición al régimen. 

Así, nos acostumbramos a que practicar la libertad de expresión significara llevar la contraria, a que las virtudes del crítico fueran la convicción, el coraje, la valentía. En la idea que nos hicimos de la ética periodística había mucho, y con razón, de moral de combate. 

El país de hoy, sin embargo, ya no es el de antes. 

Las condiciones y las certezas sobre las que se asentaba aquella forma de practicar el oficio ya no tienen la vigencia ni el lustre que tenían entonces. 

Seamos serios: el 2000 no fue un 1910, pero el 2006 tampoco fue otro 1988. 

Con todo, sobrevive entre nosotros una cierta concepción heroica, una predisposición a darle mayor credibilidad a quien acusa, a quien lamenta o a quien condena; a creer que quien critica, por el mero hecho de hacerlo, lleva la razón. 

Aunado a nuestro muy actual y acaso inevitable desengaño con la democracia, esa vieja inercia hace que le sigamos otorgando a los inconformes el privilegio de escucharlos como si fueran portavoces de la única verdad. 

Valdría la pena ensayar una lectura distinta, más exigente, de la prensa y de lo que escriben los profesionales de la opinión. Una lectura que no se resigne a los arrebatos retóricos del descontento (“es el colmo”, “no se vale”, “ya nomás faltaba”) y que conciba la crítica menos como un género de la protesta y más como un experimento en la autorreflexión. 

Una lectura, esa será la apuesta de este espacio. 

Una lectura que asuma la necesidad de hacer no sólo crítica sino, también, crítica de la crítica.  

--Carlos Bravo Regidor
(La Razón, Lunes 18 de Mayo de 2009) 

3 comentarios:

  1. Como diferenciar, donde están las borrosas fronteras, que tanto se tiñen el uno a la otra, opinionismo y libertad de expresión? Quienes tienen licencia quienes calladitos se ven más bonitos?..

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  2. Muy buen artículo. Felicidades

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  3. buenos articulos.
    No se si esto sea un blog, pero los articulos son buenos.
    ¿Que es eso de la razon? Una revista?

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